miércoles, 9 de octubre de 2013

Angliru - Guia de supervivencia para globeros

Digamos, que como fue mi caso, por valentía o por locura te has decidido a ascender "El Bicho". Cuando llegues a este blog ya habrás pasado por varios foros donde habrás leído cientos de opiniones sobre desarrollos, entrenamientos y demás aspectos. En este pequeño artículo voy a comentarte los que para mí fueron puntos más que influyentes a la hora de alcanzar la cima del Angliru, aún no habiendo entrenado prácticamente nada (subí a finales de Septiembre) y en esos nueve meses apenas salí en bicicleta (de cualquier tipo) más que unos 1200 kilómetros (siendo muy generoso). Es por ello que creo que cualquier persona sana (eso se da por supuesto) y en un estado físico normal, y siguiendo unas pocas pautas sencillas podría repetir lo mismo que yo hice.

Mentalización: Esta es la única condición que es imprescindible. Si no tienes claro que vas a sufrir una barbaridad, ni lo intentes. Lo pasarás fatal. Tendrás ganas muchas veces de poner el pie a tierra. Pero se puede subir. Si no tienes claro todo esto, por favor, no sigas leyendo.

Entrenamiento previo: ¿No esperarías que se puede subir esta bestialidad sin tocar la bici antes? Aunque no tengas mucho tiempo, todos los kilómetros que hagas las semanas anteriores te ayudarán, al menos, a pasarlo menos mal.

Entrenamiento específico: A mi me sirvió de mucho este aspecto. Las semanas antes "aprendí" a sufrir sobre la bicicleta. Busqué los puertos y rampas de mayor porcentaje de mi zona. Y las subí todas. Donde había una rampa del 20% allí estaba yo. Obviamente no se puede comparar una rampa dura con todo un puerto de rampas extremas como el Angliru, pero te servirá para demostrarte a ti mismo que eres capaz de subir al menos una rampa de gran dificultad. Con esa idea grabada a fuego en la cabeza será más factible que afrontes animado cada uno de los tramos del coloso. Yo incluso busqué una rampa del 26% (el máximo en el Angliru es un 23,5%) para dejarme claro a mi mismo que era capaz de subir cualquier cosa. Cuando consigas subir estas rampas de una manera "digna", avanza un paso más: baja lo máximo posible tu velocidad al subirlas y ensaya la técnica del zig-zag de lado a lado de la carretera. Esta técnica será vital en tu futuro ascenso, ya que te permitirá suavizar las pendientes en los momentos críticos.
 
Pulsaciones: Es vital controlarlas en la subida. Normalmente los tramos duros acaban en curva, aprovéchalas para no subir la velocidad aunque puedas y respira profundamente. Hazla despacito por el exterior. Relájate en esos momentos. El llegar pasado de vueltas al siguiente tramo duro es sinónimo de perder el control y dejarse llevar por tu mente que te pedirá que eches el pie a tierra.

Estudio previo: Nunca está de más recabar cuanto más información mejor. Los foros no servirán para hacernos una idea de a qué nos enfrentamos. Memorizar la altimetría del puerto puede ser más que importante. Incluso, si no puedes desplazarte antes para conocer el puerto en coche hay vídeos más que interesantes en internet (por ejemplo este, el vídeo de un aficionado que muestra el puerto en su totalidad).

Desarrollo: Si has visitado foros, habrás visto que la mayoría de las opiniones versan sobre este tema. No te agobies. Yo tengo triple plato, pero que entrega una relación de plato/piñones bastante peor que el de la mayoría de los "compact". Subir, se puede subir con casi cualquier desarrollo normal.

El recorrido: Si vamos justos ¿para que vamos a subir otros puertos como el Cordal antes del Angliru?. Hay que tener en cuenta que debemos intentar llegar con las máximas fuerzas a los tramos duros (a partir de Via Pará, que es donde empieza "lo bueno").

El tiempo: Si hay lluvia prevista, mejor abortar la subida, que húmeda (ya no digo mojada) podría convertirse en impracticable para la bicicleta de carretera.

Compañía: Siempre es conveniente intentar el ascenso con alguien que ya lo haya subido antes, además de darte ánimos te podrá dar indicaciones y referencias. 

Peso: El peso en una ascensión como esta es crucial, así que convendrá bajar tanto el peso que llevemos encima (si vas acompañado siempre podrás repartir herramienta entre varios) y sobre todo y más importante, tu propio peso. No digo que sigamos una dieta de adelgazamiento, pero si nos cuidamos un poco y dejamos a un lado chucherías, esos gramos que perdamos o que al menos no ganemos van a ser muy importantes en la subida.

Mecánica: Siempre es conveniente que revises la bicicleta antes de cualquier ruta, pero en este caso haz especial hincapie en tres aspectos: comprueba que tienes bien apretadas las calas y los pedales, y que la tensión que necesitas para sacar las zapatillas de ellas es alta, ya que en un momento de máximo esfuerzo podrías hacer un mal gesto que soltase la zapatilla de la cala. El segundo aspecto sería que tus frenos estén en perfecto estado (este es un consejo para la bajada, porque seguramente no hayas bajado nunca una carretera donde se coja tanta velocidad en tan poco terreno). Por cierto, y hablando de la bajada, te recomiendo que lleves un pequeño chubasquero para la bajada, porque se pasa mucho frío bajando y más tras llegar muy sudado a la cumbre. Como tercer aspecto a revisar estarían los cambios, nada puede ser tan agobiante subiendo que la bicicleta no cambie bien o que haga "ruiditos".

Alimentación en la ruta: Come y bebe todo lo que puedas hasta Via Pará. A partir de ahí, aprovecha cada mínimo "descanso" sobre todo para hidratarte. A mi los geles y la bebida isotónica me ayudaron mucho (quizás fuese efecto "placebo", pero todo ayuda).

Espero que todos estos puntos te ayuden en la consecución de tu objetivo.




martes, 1 de octubre de 2013

Ascensión al Gamoniteiro


Iniciamos la ruta dominical saliendo de nuevo desde el Valle de Turón con mi compañero de fatigas asturiano, Iván Crespo. Nuestro objetivo: tomar el Gamoniteiro sin acusar en demasía la jornada anterior de ascenso al salvaje Angliru. No parece sencilla la tarea a tenor de nuestras sensaciones en los primeros kilómetros. El destrozo muscular debió ser importante y duele cada pedalada por sencilla que parezca. Nos dirigimos sin más dilación hacia Pola de Lena, por una carretera cómoda para rodar y sin demasiado tráfico, lo que siempre ayuda a hacer pasar los metros de forma más amena. Hacía una temperatura fresca, y por ello llevamos los chubasqueros puestos hasta Pola, para allí despojarnos de ellos ya con una temperatura corporal suficiente. Allí mismo comienzan las primeras rampas del temible puerto de La Cobertoria. Hago aquí un pequeño inciso para indicar que el ascenso al Gamoniteiro es en realidad el enlace entre el puerto de La Cobertoria, casi hasta su cima, con la subida propiamente dicho al mismo Gamoniteiro. Veamos a continuación la altimetría completa:


Altimetría completa del Gamoniteiro
Vuelvo a la crónica en sí. La Cobertoria discurre en sus primeros kilómetros por varios pueblos que lo hacen muy llevadero para el cicloturista ávido de nuevos paisajes que ver. De la dificultad del propio puerto poco que decir, no porque sea sencillo, todo lo contrario, ya que tiene una dificultad alta mantenida durante toda la ascensión de manera casi insultante. Pasados los nucleos habitados nos damos cuenta de lo que se nos viene encima: un puerto ancho, abierto y con una visibilidad de prácticamente un kilómetro cada vez que cruzamos una curva. No hay descanso alguno para las piernas. Los tramos parecen fotografías repetidas una y otra vez, que te hacen sufrir un constante 'deja vú'. Los porcentajes medios por kilómetro son duros y apenas fluctúan entre el 8,3% y el 10,2%, durante más de 8000 metros, con apenas un par de rampas cercanas al 15%. Pocos puertos, incluso buscando entre los Pirenaicos, son capaces de esa regularidad. Es momento de no mirar demasiado al horizonte, de poner una cadencia cómoda que permita fijarse en el cuentakilómetros, para autoimponerse una buena velocidad sostenida, sin olvidar hidratarse de manera habitual. Mis sensaciones son extrañamente buenas desde los primeros metros de la ascensión, las de mi compañero son algo peores, parece obvio que la recuperación del esfuerzo del día anterior fue diferente para ambos. Es curioso este deporte cuando los rendimientos varían enormemente de una jornada a otra. Lo lógico en una subida tan dura es que cada uno vaya a su ritmo, quedarme a un ritmo menor con los desarrollos tan poco adecuados que llevo me hubiese debilitado de manera muy importante. Asciendo La Cobertoria, de manera alegre aunque visto desde fuera pueda parecer que voy muy "atrancado", pero cada cual tiene su manera de pedalear. Paso el desvío hacia el Gamoniteiro de largo para acercarme a hacerme la foto de rigor en la cima de la Cobertoria. El desnivel aquí disminuye tremendamente y me permito la frivolidad de poner el plato de 52 dientes para ese kilómetro y poco. A continuación os muestro las imágenes que tomé:


Yo mismo en la Cobertoria


La flaca bajo el cartel

Después de las fotos en el cartel del puerto, me alimento un poco y bajo de nuevo el tramo hasta el desvío al Gamoniteiro en busca de Iván. Allí pregunto a una serie de cazadores, que me confirman que mi compañero ha pasado por allí hace un par de minutos y que tomó el desvío.


El Gamoniteiro

El primer kilómetro y medio de ascensión al Gamoniteiro son muy llevaderos, tanto por porcentajes (6%) como por el cambio que supone en el paisaje (carretera muy estrecha y curveada, arboleda tupida muy cerca de los arcenes y asfalto rugoso). Alcanzo a mi compañero que anda buscando cobertura para preguntarme donde andaba. Retomamos el asalto y muy pronto la realidad choca contra nosotros en forma de porcentajes duros. Prácticamente 4 kilómetros en torno al 10% constante dificultan el ascenso, con varias rampas de dificultad. Incluso un peligroso tramo de hormigón plagado de baches hace poner en peligro la verticalidad. Dan ganas de apearse a bajar presión de los neumáticos. Los paisajes son espectaculares entre praderas de alta montaña y multitud de picos rocosos. La carretera se torna muy estrecha de tal manera que incluso cruzarse con un vehículo podría ser problemático. Por fortuna no son demasiadas las veces que nos encontramos con ellos.


Últimas rampas

Llega lo duro, lo que hace cambiar el adjetivo que mejor describe la ascensión de "agónico" a "épico". Te das cuenta de la poca distancia que queda pero para llegar a las antenas que coronan el puerto tienes que girar el cuello de manera dramática para verlas sobre tu propia cabeza. 1,4 kilómetros duros, muy duros, con rampas de hasta el 17%, asfalto descarnado con muchas piedras. Poner el pie aquí debido a un patinazo sería un mal postre a un excelente menú sobre dos ruedas. Parecía que iba bien, muy bien, pero aquí incluso llegas a dudar de tus fuerzas. Toca sufrir, como siempre se acaba sufriendo sobre la bicicleta. Los últimos 100 metros son diabólicos, volvemos a encontrarnos con el maldito hormigón con miles de baches que nos hacen rebotar sobre el suelo sin apenas conseguir algo de adherencia que nos permita avanzar, ya se ven las vallas que impiden el acceso al centro de comunicaciones de la cima. Llegué, y me doy cuenta de las maravillosas vistas que tengo. Es increíble que no me hubiese fijado cuando desde hace minutos eran obvias. Misión casi cumplida, porque como para los alpinistas, no estará finalizada hasta que lleguemos a casa.
Iván dándolo todo

Iván a pocos metros de coronar

Iván con las flacas
Me hago unas fotos, me abrigo, como un poco y bajo unos pocos metros para inmortalizar la llegada de Iván que a pesar de sus fuerzas ha conseguido hacer un ejercicio psicológico brillante para conseguir coronar de una manera más que digna, mejorando su rendimiento respecto a la CobertoriaNo podemos quedarnos mucho arriba, la altitud se hace notar en la temperatura. 

La bajada del Gamoniteiro es muy peligrosa, el asfalto no es bueno, la carretera es estrecha y sucia, y las curvas brindan unas extraordinarias vistas pero sin ningún tipo de quitamiedos que pudiese detener una fatal caída. Hay que ir muy despacio, no queda otra. Duelen más las manos de tanto frenar que las propias piernas. Pero la  satisfacción es enorme. No creo que mucha gente de "nuestro nivel" pueda salir indemne de los excesos deportivos de este fin de semana. Nos incorporamos a la Cobertoria y aquí todo cambia. La bajada es amplia y permite llevar una velocidad muy buena. No obstante, hay que llevar los frenos bastante apretados para que la bicicleta no se "alegre" demasiado. Acabamos la larga bajada y llegamos a Pola de Lena, donde nos volvemos a quitar la ropa de abrigo. Los últimos kilómetros hasta nuestro destino discurren de nuevo por una carretera cómoda, a pesar de un ligero viento en contra. El cansancio se reflejará en nuestros rostros un par de días pero la felicidad por haberlo conseguido durará siempre.




Subida al Angliru

Llegó el gran día. La naturaleza humana es sabia y hace que ante un gran reto, el cuerpo se ponga alerta desde primera hora. Los sentidos están al 100%, estimulados por una sensación de desasosiego fruto de los nervios. La climatología se presenta complicada, muchas nubes, demasiadas. Mis compañeros de fatigas en el día de hoy son Iván Crespo e Iván Quiñonero, grandes conocedores de la zona que vamos a recorrer. Hasta ellos mismos no tienen muy claro que los elementos nos vayan a respetar. Salimos de nuestro centro de operaciones en el minero Valle de Turón. Hasta los pies del Angliru nos esperan 24 kilómetros bastante llevaderos en cuanto a perfil. La única dificultad es pasar lo más rápido posible una serie de túneles sin iluminación ni arcén, que por fortuna no son muy largos. Lo justo para calentar, pero no para cansarnos más de la cuenta. Mis sensaciones son buenas por el momento. Me he planteado la ruta como un ejercicio de pura supervivencia. No voy a gastar ni un gramo de fuerza más de lo necesario. Me encantaría poder dar relevos a mis compañeros, pero tengo claro que voy demasiado justo. Algunas gotas nos acompañan durante estos pocos kilómetros, pero no las suficientes para hacernos poner el chubasquero. Bromas y buen ambiente, hacen que se me pase el tiempo de manera sorprendente y casi de repente los "Ivanes" me avisan de lo que se me viene encima.

Altimetría del Angliru

Podemos dividir este puerto de montaña en dos partes completamente diferenciadas. La primera mitad no deja de ser un puerto llevadero, de aproximadamente 5 kilómetros. A mitad de la ascensión nos encontramos el Área de Descanso (nunca mejor dicho) de Via Pará, algo más de un kilómetro de falso llano, antes de llegar al Infierno con mayúsculas.

Pero vayamos por partes, la primera mitad se hizo a ritmo muy tranquilo, pero francamente me supuso algo más de desgaste de lo que me esperaba habiendo estudiado la altimetría con antelación. Son 5 kilómetros, que exceptuando el primero, tienen un porcentaje medio por kilómetro de entre 7,3% y el 9,1%. No se les puede considerar ni mucho menos una simple "tachuela". Ya viendo Via Pará superamos la última rampa de dificultad que seguramente ande por el 11%. Estoy algo cansado. Me tomo medio gel y bastante bebida isotónica durante el kilómetro de descanso. Pero las pulsaciones no bajan, suben y mucho. Estoy nervioso y emocionado. Tengo que admitir que me dio un escalofrío al pasar por el primer cartel con portadas de la prensa haciendo referencia al "Coloso". Las pintadas en el suelo recordando al "Chava Jiménez" o con un poco motivador "Ahora empieza el Infierno", no ayudan. 

Uno de los primeros carteles

Os comento a los menos aficionados al ciclismo, que el Angliru es un puerto con un "marketing" muy bien hecho, cada kilómetro te encuentras con un cartelón de lo que te espera en el mismo. Incluso muchas de las rampas que componen la ascensión tienen sus nombres y carteles propios. Voy a pasar a hablaros de cada unos de los seis kilómetros que conforman esta "Bestia".

Km.6 (13,7% medio)
Se inicia al pasar Via Pará. Te topas allí mismo con el segundo tramo más duro de toda la ascensión: Les Cabanes, con un máximo del 22%. Una locura. Hay que estar allí para darse cuenta de lo que tienes delante. Ninguna fotografía puede mostrarnos tal monstruosidad. Para mí supone un punto crítico. Soy de complexión fuerte para lo que se recomienda en esto del ciclismo y pendientes superiores al 15% se me atragantan. Tampoco ayuda el desarrollo de mi bicicleta, que aún llevando un triple, sólo me entrega un decepcionante 30x23, que visto en proporción es algo más duro que los compact de mis compañeros. Lo asumo y no es esto lo que más me preocupa, ya que estoy más que acostumbrado a ir atrancado sobre la bicicleta, es mi forma de pedalear. Paso Les Cabanes tocado, subí serpenteando, aunque sin apurar del todo los arcenes. El resto del kilómetro se hace muy duro, más que nada pensando lo que aún queda. Me animo a mi mismo viendo que no sufrí tanto a pesar de la tensión.

Km.7 (11,9% medio)
Este es un kilómetro que engaña, es el más blando de la ascensión, pero es constante. Sólo se agarra más de lo normal el tramo de Llagos, con un máximo del 14,5%. Y no nos olvidemos que un kilómetro completo al doce por ciento sería el más duro de prácticamente cualquier puerto. Menos mal que mis compañeros son compasivos y no van a sus respectivos ritmos.

Km.8 (12,1% medio)
Cuidado este kilómetro, hay que subir otro auténtico "muro". Se trata de Picones (20%). Se hace durísimo, parecen porcentajes aún mayores. Sigo serpenteando cada vez con mayor recorrido de lado a lado. Es lo bueno de este puerto, sin casi tráfico prácticamente se puede aprovechar cada metro de la calzada. Además quienes bajan, ya sea con automóvil o con bicicleta tienen en cuenta que el Angliru no se suele subir recto. En los finales de rampas que acaban en curva me abro todo lo posible para suavizar el porcentaje y bajo al máximo la velocidad para bajar pulsaciones.

Un servidor esforzándose
Km.9. (14% medio)
Con Crespo dándolo todo
Llegamos a la parte crítica del puerto. Es un kilómetro tremendo, y desde hace algunas curvas sabes que la temida Cueña des Cabres está más cerca. Pero todo a su tiempo, ahora toca subir Cobayos (21,5%). Es la tercera rampa en porcentaje de la subida. Tengo que apretar más de lo que quería para subir. Llego muy justo. Hay que bajar pulsaciones como sea.

 




Km.10 (17,5% medio)
Retorciéndonos en la Cueña
 Probablemente dentro del ciclismo profesional no haya un kilómetro como este. Para los profanos en esto quiero que se imaginen un edificio de seis plantas de altura y un trozo de asfalto de cien metros de longitud. Si con una grua levantásemos un extremo de ese trozo de asfalto y lo situasemos sobre el edificio, manteniendo el otro extremo sobre el suelo, obtendríamos aproximadamente el desnivel medio de este kilómetro. En su parte más dura (23,5%) de la "Cueña des Cabres", y utilizando la analogía anterior, el edificio sería de ocho pisos. Los adjetivos se quedan cortos, esto es una burrada, en bici de montaña ya tiene que ser muy dificil subir, pero en bici de corredor se torna heroico. Antes de empezar la "Cueña", y cuando la diviso frente a mi me sorprende. Vista en televisión no parece tan empinada. Esto no es normal. Doy las primeras pedaladas pensando que esto no puede ser "bueno" para el organismo. En los peores momentos voy prácticamente a un metro por segundo. Visto por un observador externo parecería que no doy pedales, pero os aseguro que la bicicleta crujía de la potencia puesta en cada empujón. La alternancia entre ir sentado e ir de pie, se hacen cada vez continua. No soporto el dolor de cualquiera de las posturas posibles durante muchos segundos. De pulsaciones voy pasado, pero hay que tirar como sea. No contemplo la opción de poner el pie a tierra. Sigo a Crespo en sus bandazos, que se pone un ritmo muy similar al mío, que yo aprovecho para no gastar ni siquiera energía mental para buscar una trazada. El único miedo que me invade es que al cerrar cada uno de los giros en el arcén me patine la rueda y pierda el equilibrio.Tengo una buena capacidad aeróbica, pero muy pocas veces sentí las pulsaciones a tal ritmo y mi caja torácica buscar oxígeno a través de nerviosas bocanadas. Quiñonero va como un tiro y se puede permitir esperarnos en la propia Cueña para hacernos unas fotos. Ya nos había hecho varias en la subida, en unas cuantas curvas, pero esto tiene más merito. Dudo que si yo me parase, pudiese siquiera volver a subirme a la bicicleta con esta inclinación. Quiero que sintais la angustia que se siente ahí. Sigue sin acabarse lo peor. Llega el punto que el organismo te pide un descanso, no se te ocurra hacerle caso. Ya casi lo tienes. Un último esfuerzo y llegarás a la curva. De acuerdo que después hay más, pero es mejor no pensarlo. Se acabó la "Cueña", te vencí. 
En plena curva

Da igual que esté exhausto, tengo diez metros de curva donde bajo mi velocidad a casi cero, para recuperar la respiración. No me importa que frente a mi tenga una rampa que tendrá 15-16%. Mi voluntad pudo con rampas mucho más duras hace unos instantes, y se que voy a llegar a la cima. Quizás no en unas grandes condiciones, pero sin poner pie a tierra.

Km.11 (13,6% medio)
El terreno ya no permite recuperar. Todos los que hemos estudiado las opiniones de otros en el Angliru, conocemos de oidas el tramo del Aviru con máximas del 21,5%. 

Iván Crespo acabando el martirio conmigo al fondo
Tanto Quiñonero, como Crespo, me empiezan a sacar más ventaja. Sólo puedo agradecerles que me hiciesen la subida más animada con sus ánimos e indicaciones, es su momento ahora, ellos que pueden. Sólo con una mirada entienden, que estoy en otra guerra, a lo mío, luchando cada metro pero estando seguro que nada me detendrá ya. Voy sólo, que es lo que mejor simboliza al Angliru, la historia personal de quien lo intenta subir, sus miedos y esfuerzos por llegar a la cima. El Aviru destroza mi dolorida musculatura. Se intuye ya la llegada al puerto en menos de mil metros (el cuentakilómetros no me puede engañar), se que los últimos 600 metros del puerto, son un falso llano y una bajada (quién no recuerda al difunto "Chava" sorprendiendo a Tonkov en la niebla). Mis cálculos me dicen que me quedan ya menos de cuatrocientos metros de subida. Estoy confuso, acabo de ver otro cartel, Les Piedrusines... No puede ser, creía que me sabía el puerto de memoria. Me fijo y da un máximo del 20%... Por suerte no me vengo abajo mentalmente y doy todo lo que me queda, que ya no es mucho. Subo tremendamente despacio, pero subo. Se acabó...

Últimos 600 metros
Veo muy lejos ya a los "Ivanes" sprintando a tope los últimos metros de falso llano antes de lanzarse hacia la bajada que lleva a la meta. Yo necesito cerca de 300 metros para recuperarme. Doy los pedales justos para mantenerme en pie. En cuanto vuelvo a respirar dignamente comienzo la bajada donde veo a mis compañeros descansando. Son metros de celebración, parezco un niño levantando los brazos y tapándome la cara, no me lo creo. Lo hice!!!

A mi llegada nos hacemos las fotos de rigor y toca abrigarse, el ciclismo no perdona y es así de ingrato, que no te permite regodearte en los éxitos. 


Iván Quiñonero en una foto clásica

Iván Crespo y servidor
Le tenía muchas ganas a esta imágen


Parecía que estaba todo hecho, pues no. Ha sido la bajada más dolorosa que realicé nunca. Los frenos apretados casi a tope toda la bajada. Las curvas son cerradísimas. Y además hay que tener precaución con los posibles moradores de la vía (otros ciclistas sufriendo, vehículos humeando en primera velocidad, vacas despistadas entre pasto y pasto, etc.). El agarrotamiento al pasar por Via Pará se hace casi insoportable, menos mal que ahí la carretera da una tregua para recomponerse un poco y terminar de bajar el puerto, ya por desniveles más "controlables".

Llegamos al llano, nos despojamos del chubasquero tranquilamente hasta que el "ardor guerrero" de Quiñonero nos hace salir pitando a por un par de ciclistas unos metros más adelante. Fueron varios kilómetros a velocidad de vértigo a cola de esta improvisada grupeta. Fuimos todos a tope. Yo, que no estoy muy acostumbrado a ir en grupo lo pasé fatal para aguantarles la rueda. Menos mal que nuestros destinos no eran los mismos, de lo contrario no hubiese llegado con ellos con total seguridad. Los últimos kilómetros transcurrieron de manera plácida hasta el final de nuestra ruta de nuevo en Turón.

Como conclusión, seguramente estemos ante el puerto más duro del ciclismo profesional (obviamente no conozco en persona la mayoría, pero habiéndolo subido y conociendo las cifras no me quedan muchas dudas). No creo que sea un puerto que repita en muchos años, realmente no aporta mucho como entrenamiento. Es sufrimiento en estado puro... Y pura satisfacción si lo coronas...

jueves, 26 de septiembre de 2013

Evaluación de Puertos de Montaña: Coeficiente de Dificultad Normalizado


Imaginemos la siguiente situación, vais a subir un puerto que no conocéis en absoluto y como siempre os informais previamente a través de internet de cómo es el puerto. Normalmente acudiremos a altimetrias.net y os fijaréis en su coeficiente de dificultad para tener una referencia de la dureza del mismo. Sin duda es un dato importante, pero para los cicloturistas principiantes puede llevar a equívoco. Os pondré un ejemplo de puertos de mi tierra que os puede resultar significativo:

PUERTO
DISTANCIA (KM)
PORC.MED. (%)
PORC.MÁX. (%)
COEF.
PEÑA CABARGA 
5,9
9,2
18
177
LUNADA
32,2
3,8
11
220

Cualquier aficionado que intente subirlos sabrá en cual tendrá que "retorcerse" más. El problema de este índice de valoración no deja de ser un "sumatorio" de las dificultades que representa un puerto. Así un puerto "fácil" pero muy largo tendrá mayor coeficiente que uno corto que sea tremendamente "duro". Si es cierto que para un profesional si puede ser indicativo del esfuerzo "calórico" que va a realizar en un puerto de montaña, ya que él irá al máximo de exigencia en cada metro, pero para los "globeros" como yo, no tiene nada que ver, ya que sé que el puerto largo no me va a poner ninguna dificultad si voy a bajas pulsaciones y consigo economizar mis fuerzas. En cambio, en un puerto de grandes porcentajes, no seremos capaces de ahorrar energías ni subir a pulsaciones bajas, iremos casi a tope en cada pedalada. Incluso en el caso de ciclistas profesionales, donde todos sabemos que en determinados lugares jamás atacarán los favoritos a la victoria, este nuevo coeficiente puede servir para indicar que puerto o que tramo, precisamente, es más propicio para marcar diferencias.

Por ello, dándole vueltas pensé en una operación muy básica pero que podría indicar de manera más precisa la dureza objetiva media de un puerto, sin tener en cuenta lo largo que sea. La operación consiste simplemente en dividir el coeficiente de dificultad por el número de kilómetros:

Coeficiente de dificultad normalizado : Coeficiente / Distancia

Con este cálculo veréis como Peña Cabarga pasa a tener un coeficiente normalizado de 30 y Lunada de 7. Algo más acorde con nuestras propias sensaciones.

Muchos diréis, pero ¿esa dificultad no viene ya expresada en el porcentaje de desnivel del propio puerto?. Sí y no. El porcentaje no es más que la relación entre metros en altitud entre los metros de ascensión en distancia. Pero el IMC, es una medida ponderada, donde una rampa dentro del puerto al 24%, puntúa más del doble que una al 12%. Es por ello que este nuevo coeficiente normalizado sería más fiable al respecto y complementario al resto de datos. En definitiva, y simplificando significa cuanto esfuerzo nos llevaría hacer cada kilómetro de ese puerto, independientemente de su longitud.

Muchas veces este índice puede ser la diferencia, para un cicloturista que no suba bien, entre subir un puerto o echar el pie a tierra. Así por ejemplo sabemos que si conseguimos subir una rampa de un kilómetro cuyo coeficiente normalizado sea X, sabemos que teóricamente nuestro cuerpo será capaz de subir cualquier otra del mismo índice (salvo aberraciones altimétricas, se entiende). Luego ya será otro cantar el conseguir mantener esa capacidad durante más o menos distancia y aguantar el cansancio acumulado sin bajar demasiado nuestro rendimiento.

Os adjunto una tabla con algunos puertos conocidos para que veais la aplicación del nuevo coeficiente de manera práctica.

PUERTO
DISTANCIA (KM)
PORC.MED. (%)
COEF.
COEF.NORMALIZADO
ANGLIRU
12,6
10,0
515
41
PICO VELETA
44,3
5,8
549
12
ROQUE MUCHACHOS
29,6
7,3
477
16
GAMONITEIRO
16,4
8,9
430
26
ANCARES
12,0
9,2
366
30
BOLA DEL MUNDO
21,8
6,2
339
16

En la misma vemos como puertos más largo, como el canario o el de Sierra Nevada, incluso la Bola del Mundo, sucumben en esta medición ante puertos como Ancares o el Gamoniteiro, mucho más explosivos.